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Retomamos la entrevista con Víctor en el punto que la habíamos dejado. Sus sensaciones bajo los palos de una portería tan exigente como la del Barça.

¿Cómo vive ahora un partido y cómo lo hacía antes?

Al principio, en las dos primeras temporadas, quería demostrar muchas cosas en muy poco tiempo. Pensaba que me había estado preparando desde los diez años y cuando llegó el momento no tenía experiencia. Con el paso de los años ves las cosas más naturales. Por suerte, también he perdido supersticiones.

Antes tenía muchas...

Sí. Ahora no tantas. Me imponía rutinas antes de los partidos porque pensaba que me iban bien. Ahora a veces ni me acuerdo de hacerlas. Con los años ves que no son tan importantes. Ya no haces caso a estas tonterías. Haberlas perdido me da más tranquilidad. No me obsesiono tanto.

¿Cómo se pasa de provocar penalties a pararlos?

Lo de paralos es suerte y intuición.

¿Estudia a los rivales?

El especialista los puede tirar a cualquier lado pero sí que es cierto que todos tienen sus preferencias. Lo miramos.

Usted dijo que su gran ilusión sería marcar un gol. ¿Sintió envidia de Palop?

No. Me gustaría, pero no me dio envidia. Cada vez me gusta más el portero en su versión más clásica.

Se vuelve conservador...

Hablando con jugadores ya retirados te das cuenta de que hay que dar más importancia a la figura del portero. Es un sitio específico y te tiene que gustar mucho para llegar arriba. No hay que mirar el portero con estas frivolidades. Me gusta el portero bajo los palos. Con las nuevas reglas de juego se ha modernizado pero me gusta su forma clásica.

¿Cómo se ve en unos años?

Espero que aquí en el Barcelona. Con pelo o rapado porque soy una persona que cambio bastante de look pero espero estar aquí. Mi sueño es retirarme aquí. Es difícil porque dependerá de los títulos ganados.

¿Cómo viviría usted etapas como la que vivió Puyol en sus inicios de cinco años sin títulos?

En esta etapa hubo muchos porteros. Y no porque no tuvieran calidad...

Eran los primeros en saltar...

No más que cualquier otro, pero estamos expuestos a los cambios.

¿Se siente mirado con lupa?

Aquí le miran con tres lupas. Con una no, con tres.

Antes, en su inicio, quizás sí; ahora está consolidado.

Puedes quitar una lupa pero deja dos.

¿Qué le falta mejorar?

Muchas cosas. Con 25 años no creo haber llegado al máximo de mis posibilidades. No sé donde puedo llegar. Puedo mejorar en todos los aspectos: desde la preparación física, potencia, agilidad, fuerza, táctica, posición... Con los años coges experiencia en el campo y ves que antes lo hacías de una manera y ahora de otra y las cosas te salen mejor. La experiencia ayuda.

Se le reconoce en Barcelona. Le falta reconocimiento internacional.

Me da igual. ¿Por qué lo dice?

Por la selección, por los premios individuales...

Los premios que quiero yo son la Copa de Europa, la Copa, Liga.... Estos premios llenan porque los has ganado compitiendo, no en una gala. Estos me dan igual. Llegar a ser internacional me haría ilusión pero esto no depende de mí.

¿Qué le supondría?

Es un paso adelante, avanzar como jugador.

¿Y el Zamora?

Lo recoge el portero pero es un premio a todo el equipo. Como ya dije en su ocasión cuando lo gané, es un reconocimiento al trabajo defensivo de todos. No al portero y a los defensas sino también a los centrocampistas y los delanteros. Es un trabajo a veces poco valorado de puertas a fuera y a mí me encanta que se reconozca. Así ocurrió cuando lo gané.

¿...?

Entregué una placa a todos dándoles las gracias porque todos formábamos parte de ese premio. Se la di a jugadores, cuerpo técnico, masajistas y fisioterapeutas.

¿Se ganará la Liga?

En todo caso sería como las que viví en Tenerife.

¿Usted estaba allí?

Sí. Vivía con mis padres allí. Me gustaría ganarlas como en las dos temporadas pasadas pero ahora ya sólo se pueden ganar como las de Tenerife.

¿Cómo las vivió?

Yo estaba en el Sur de la isla, en Los Cristianos. Había complicidad entre los seguidores del Barcelona y del Tenerife. Vimos los partidos juntos con los amigos de allí. Querían que el Barcelona ganase. Los dos partidos se vivieron con mucha intensidad por la gente de allí. Lo celebramos juntos.

¿No se atrevió a ir a Heliodoro Rodríguez López?

No ibamos mucho. Normalmente lo veíamos por la televisión. Una vez fuimos a ver a Romario con el Barcelona y otra vez a Sevilla a ver a Maradona.

¿Algunos de estos jugadores le impresionó?

Romario dejó huella. Laudrup también me gustaba. Stoichkov me llegó mucho con su carisma. Luego tuve la suerte de conocerlo. Antes no me fijaba tanto en los porteros. Con los años le doy mucha importancia a lo que hizo Zubi. Valoro su figura por encima de la de cualquiera. Sé lo difícil que es llegar a hacer lo que hizo.

¿Se ha llegado a esta situación porque se han hecho las cosas muy mal?

No han salido bien. En el campo se han hecho igual que otros años. Las ganas y el esfuerzo es el mismo. Ha sido una temporada irregular. También se han dicho muchas falsedades del vestiario.

No se ha presionado como otras temporadas.

Hubo lesiones como la de Samuel, que presiona mucho.Cada uno tiene sus características. Ha sido un cúmulo de circunstancias.

¿Le gustaría ser algún día capitán?

Me encantaría. Y Puyol lo sabe. Siempre lo he mirado con mucho respeto. He tenido dos capitanes impresionantes como Puyol y Luis Enrique. Son un ejemplo de lo que es llevar el brazalete. Yo he tenido la suerte de llevarlo en algún amistoso y me he sentido muy especial. Cuando me he puesto el brazalete y he salido el primero al campo, cuando siempre salgo el último, es impresionante. Soy un clásico y le doy mucha importancia a esta figura.

Hay técnicos que dicen que un capitán debe ser un jugador de campo.

Zubi lo fue. Quizás algunos lo piensan para que haya mejor comunicación con los jugadores y con el árbitro. Pero al capitán deben escogerlo siempre los jugadores. Nosotros estamos muy contentos y orgullosos de Puyol.